COMUNICACIONES AL XXX CAPÍTULO DE UCACYL
Organización comunicante: UCACYL

ESTUDIO DEL SECTOR PRODUCTIVO ENERGÉTICO

Asesor - redactor: Dª. María Isabel Martínez Martínez
Representante de FAE - Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos

La crisis económica ha marcado el devenir de los diferentes sectores productivos de nuestro país en los últimos tiempos. Y no ha sido menos en el sector energético, y en el eléctrico en particular. Así, el consumo de energía, que se utiliza con razón como indicador de la marcha de la economía, en 2009 descendió muy significativamente: un 7,1% la energía final y un 4,3% la eléctrica. Los datos provisionales sobre 2010 indican un incremento en el consumo, pero todavía muy lejano de aquellos niveles de años anteriores.

Por otra parte, el planteamiento de la Subcomisión del Congreso de los Diputados para el análisis de la estrategia energética de los próximos 25 años habla del "establecimiento definitivo" en 2013 de una tarifa excepcional regulada de gas y electricidad, que garantice el suministro a un precio y con una calidad determinados únicamente para aquellos consumidores que pudieran encontrar problemas para hallar un suministro a mercado.

Entre otros problemas, por tanto, se consideran los de la garantía de suministro energético y el de la necesidad de conseguir el mayor equilibrio posible entre su coste y el precio final repercutido a los consumidores. En propósito se pueden traer tres consideraciones: España es una isla energética, que excede en más de un 35% sus compromisos de Kioto sobre limitación de emisiones de gases de efecto invernadero y que presenta una dependencia exterior de más de un 85% en cuanto a sus necesidades de energía primaria.

Al mismo tiempo, el escenario de generación de energía nacional incorpora elementos de política económica y social que se derivan de algunas cuestiones como son:

o las implicaciones de cualquier decisión técnica sobre el uso de los combustibles fósiles, en particular el carbón nacional,

o la decidida apuesta por identificar las llamadas energías renovables con un lugar ideológico, aunque su coste sea difícil de asumir por el mercado (no olvidemos los 20.000 millones de euros de déficit de tarifa que ya se acumulan en el haber de las eléctricas)

o y, unido a ello, la identificación de la tecnología de generación vinculada a la fisión del átomo como el enemigo a batir, desconociendo intencionadamente los resultados informados por los organismos nacionales e internacionales sobre su seguridad, garantía y valor añadido de estas tecnologías para la competitividad y el bienestar de la sociedad.

La propuesta de la Subcomisión congresual incluye, eso sí, una recomendación encarecida para conseguir que el consumidor final perciba la necesidad de las medidas de ahorro y eficiencia, y los agentes implicados estén incentivados para realizar las inversiones necesarias en esta estrategia. Claro está, se trata de un concepto de ahorro y eficiencia que no siempre podrá estar de acuerdo con las estrategias necesarias para llevar la mayor competitividad a las empresas.

El exceso de coste que se deriva de la determinación política del contenido del llamado "mix" energético se "asume" en parte por el erario público, gravando la producción energética con tasas. En parte, también, por gravámenes a los consumidores, que pagan un 5,3% de tasa por generación, incorporada antes del correspondiente IVA y por lo tanto repercutida por éste. Y en parte por un coste, seguramente difícil de definir, en forma de pérdida de competitividad de las empresas, sobre todo industriales, con la consiguiente merma en la capacidad de generar recursos para la exhausta sociedad española.

Por ello, nos unimos a quienes consideran necesario someter a un estudio en profundidad la cuestión que sirva para aclarar, en primer lugar, cuál es el coste real de la energía producida utilizando las distintas tecnologías (éste es un misterio, al parecer, con carácter críptico, oscuro, difícil de iluminar como pocos), cuál el de las decisiones políticas derivadas de posicionamientos ideológicos y cuál la repercusión en la competitividad de las empresas de una planificación estratégica que define el mix energético sin tener en cuenta suficientemente sus consecuencias en la competitividad de los mercados.

Queda así planteada nuestra propuesta de trabajo.

Muchas gracias.

 
UNIÓN DE CONSUMIDORES Y ADMINISTRADORES DE HOGAR: UCACYL