Sumario Semana del 15 al 21 de Abril de 2024. Edición 16.

Economía - Sostenibilidad

Fuente: UCACYL/ Diario de León 20 de Septiembre de 2016

Bruselas no volverá a perdonar a España si no cumple con el déficit.

Hay incluso quien le reprocharÃ¡ que beneficiÃ³ a EspaÃ±a sin pretenderlo, que lo que buscaba era defender a la izquierdista Portugal, liderada por los socialistas pero arropada por los comunistas y el Podemos luso. Y claro, como la PenÃnsula IbÃ©rica iba en el mismo â€˜packâ€™ sancionador por el dÃ©ficit, no tuvo mÃ¡s remedio que apoyar al muy conservador Gobierno popular de Mariano Rajoy, al que siempre ha pretendido zancadillear, como se le acusÃ³ sin ambages desde Madrid en octubre de 2015. HipÃ³tesis rocambolescas al margen, lo cierto es que si el pasado 27 de junio EspaÃ±a se librÃ³ de ser el primer paÃs de la UniÃ³n Europea en ser multado por su desobediencia fiscal fue, sobre todo, gracias al socialista francÃ©s Pierre Moscovici, comisario de Asuntos EconÃ³micos.

AsÃ lo corroboran las actas de aquel Colegio de Comisarios, quizÃ¡ uno de los mÃ¡s emocionantes de la era liderada por Jean-Claude Juncker. EspaÃ±a se enfrentaba a una sanciÃ³n de hasta el 0,2% de su PIB (en torno a 2.000 millones) por haberse saltado los objetivos fiscales de 2015. TambiÃ©n podÃa ser de 100, 200, 500 o incluso anularse. Todo era posible y lo imposible (la cancelaciÃ³n) sucediÃ³. Ni en Madrid se lo creÃan. Todos daban por hecho amortiguar el golpe polÃtico con una multa de en torno a 300 millones, pero a las 13.18 horas llegÃ³ el Â«milagroÂ», como lo calificaron fuentes diplomÃ¡ticas.
Se gestÃ³ gracias a varias personas. El papel que jugÃ³ el ministro alemÃ¡n de Finanzas, Wolfgang Schauble, fue esencial llamando a quien tenÃa que llamar en el momento adecuado. Pero fue Moscovici quien se enfrentÃ³ a los halcones del Colegio, liderados por los vicepresidentes Valdis Dombrovskis y Jyrki Katainen (del PP), que pedÃan sanciones simbÃ³licas.
La intervenciÃ³n del exministro francÃ©s de Finanzas fue todo un alegato a la necesidad de apostar por tomar una decisiÃ³n polÃtica en lugar de ceÃ±irse solo al cumplimiento estricto de unas reglas sin alma. HablÃ³ de los Â«excepcionales esfuerzos realizados por EspaÃ±a y Portugal durante la crisisÂ» y alertÃ³ del peligro que existÃa de que el proyecto europeo perdiese apoyo en dos paÃses que han Â«sufrido muchoÂ».
Viendo que eran minorÃa, Dombrovskis no planteÃ³ mayor batalla y el presidente dictÃ³ sentencia: cancelaciÃ³n. Ojo, pero no termina aquÃ el asunto. En su corolario del debate, Juncker corroborÃ³ el sentir de Moscovici pero advirtiÃ³ de que no les temblarÃ¡ la mano a la hora de aprobar la congelaciÃ³n de fondos estructurales a estos dos paÃses. Los halcones dieron su bendiciÃ³n y el resto del Colegio, tambiÃ©n. Se trata de la segunda parte del capÃtulo sancionador: la congelaciÃ³n de fondos estructurales referidos a 2017.
Aunque hay pendiente un Â«diÃ¡logoÂ» con el Parlamento, lo que diga la EurocÃ¡mara no es vinculante. La normativa Â«obligaÂ» a la ComisiÃ³n a congelar los fondos y luego le confiere potestad para levantarlos si EspaÃ±a presenta medidas para garantizar la sostenibilidad de sus cuentas. Bruselas sigue guardando silencio y como evidencian las minutas de aquel Colegio de Comisarios, EspaÃ±a ya no tendrÃ¡ quien le salve.