Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

Consumo Racional del Medicamento

Fuente: UCACYL-VA / Norte de Castilla 7 de Abril de 2014

¿Contribuyes a la resistencia de los antibióticos? .

Presionar al médico para que te los recete, no terminar totalmente el tratamiento o tomarlos sin prescripción médica: estos hábitos podrían estar poniéndoos en riesgo a ti y a tu familia.

¿Dejas a medias un tratamiento con antibióticos? ¿Los tomas por tu cuenta y riesgo? ¿Presionas al médico para que te los recete, aunque diga que no son necesarios? Si respondes “sí” a cualquiera de esas preguntas, podrías estar contribuyendo a uno de los problemas de salud más graves hoy, según la Organización Mundial de la Salud (OMS): la resistencia a los antibióticos.

Eficaces en infecciones bacterianas, algunas producidas por hongos y ciertas infecciones parasitarias, los antibióticos son, sin embargo, inoperantes ante los virus. “Llevamos muchos años intentando comunicar ese mensaje, pero no acaba de penetrar –explica el dr. Juan Espino, médico de familia–. De hecho, la presión de los pacientes para que recetemos antibióticos puede ser tan fuerte que no es de extrañar que algunos médicos cedan”.

Buen uso, mal uso. Con consultas cada vez más abarrotadas, los médicos no tienen siempre tiempo para explicar a un paciente que, cada vez que toma antibióticos indebida o innecesariamente, pueden sobrevivir bacterias que “aprenden” de la experiencia y llevan ese aprendizaje inscrito en sus genes; que, si repiten, las bacterias pueden volverse resistentes al antibiótico; y que esa resistencia explica por qué esos fármacos dejan de curar ciertas infecciones, tardan más, requieren estancias prolongadas en el hospital o tienen un desenlace fatal.

“El uso de antibióticos en España se concentra sobre todo en los meses más fríos, época de gripes, resfriados e infecciones respiratorias, la mayoría causadas por virus –explican en la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC)–. Hay que concienciar sobre el problema, y racionalizar el uso de antibióticos para garantizar su eficacia”. Una reciente encuesta norteamericana revelaba que el 62% de los pediatras prescriben estos medicamentos cuando piensan que los padres esperan esa receta y solo un 7% de las veces si creen que los padres no la esperan. Además, el 68% de los recetados eran para enfermedades agudas del tracto respiratorio, el 80% de las cuales no requieren esos fármacos.

'Sopa' de fármacos. Por otra parte, aunque la Unión Europea prohibió su empleo rutinario en alimentación animal, los granjeros norteamericanos los utilizan. Y en muchos países sigue sin exigirse receta para comprarlos. En la sociedad global en la que vivimos, esa mentalidad permisiva acaba afectando a la población mundial. “La sopa de antibióticos que impregna los hospitales, nuestros organismos y el entorno ejerce una presión selectiva en los gérmenes: muchas bacterias sobreviven a estos fármacos –señalaba recientemente la revista médica The Lancet–. El abuso va camino de provocar una epidemia de superbacterias”.

Según la OMS, más de 25.000 personas mueren cada año en Europa por alguna infección bacteriana que no responde a antibióticos, algo que nos cuesta 1.500 millones de euros extra al año. “Hay que recurrir a fármacos menos convencionales, más costosos y con más efectos secundarios –puntualiza el dr. Espino–. Además, esos tratamientos pueden ser muy prolongados, de hasta dos años”.

Hay casos preocupantes. Estudios recientes indican que, en cinco años, las septicemias provocadas por formas resistentes de Escherichia coli (el doble de letal que la normal) han aumentado en más de un 50% en Europa. Y la difusión de la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) está haciendo que una nueva forma de esa bacteria, que antes afectaba solo a personas hospitalizadas, provoque infecciones graves en personas no ingresadas.

Superbacterias. “La mayoría de la gente en nuestro país tiene interiorizado el triángulo “fiebre-infección-antibióticos” –alerta el coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de semFYC, el doctor Josep María Cots–. Pero las infecciones respiratorias están motivadas por un virus en el 90% de los casos. Eso significa que podemos prescindir de los antibióticos en el 90% de los casos que tratamos en Atención Primaria, donde se prescriben casi el 80% de estos fármacos”.

El reto pasa también por animar a farmacéuticas e investigadores a que desarrollen nuevos antibióticos antes de que la medicina se encuentre sin armas frente a las nuevas superbacterias. “Si no se toman medidas urgentes –se lamentan en el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) de la UE–, la resistencia a estos fármacos puede dejarnos inermes, en una sola generación, frente a gérmenes intratables, convirtiendo operaciones rutinarias, como una cirugía de cadera o una apendictomía, en potencialmente mortales”. “Si no tomamos medidas ya –señalan desde la OMS–, las tasas de mortalidad por enfermedades bacterianas podrían acercarse a las de hace 100 años”.

¿Cuándo son útiles de verdad?

El cuadro que reproducimos a continuación señala algunas enfermedades comunes y si están causadas por bacterias o virus.

-SÍ: infecciones bacterianas:

â— De la vejiga. â— De la piel y heridas infectadas (como en las infecciones por estafi lococos).

â— Sinusitis severas que se prolongan durante más de dos semanas. â— Algunas otitis. â— Algunas faringitis

-NO: infecciones víricas:

â— Bronquitis. â— Resfriados. â— Gripes. â— La mayoría de las toses. â— La mayoría de las otitis. â— La mayoría de las faringitis. â— Gastroenteritis vírica (gripe estomacal).

Objetivo: aumentar su eficacia

â— No tienes por qué tomarlos cada vez que estás enferma ni hay por qué salir siempre del médico con una receta.

â— Si tienes gripe o un resfriado, no presiones al médico para que te recete antibióticos. Habla con él de métodos que puedan aliviar tus síntomas: suero salino para despejar la nariz o agua caliente con limón y miel para la garganta...

â— Tómalos como te indica el médico. No interrumpas el tratamiento antes de tiempo porque te sientas mejor; algunas bacterias pueden sobrevivir.

â— No tomes los que no te haya recetado el médico para una infección concreta. No utilices antibióticos sobrantes de otros tratamientos: pueden no estar indicados y no serán suficientes.

â— Pregunta al médico qué vacunas te convienen.