Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

Economía - Sostenibilidad

Fuente: Diarios de Burgos 10 de Septiembre de 2014

La tecnología LED en los semáforos ahorra a la ciudad 100.000 euros al año

Más de 2.800. El número de elementos instalados en la capital se ha incrementado un 17% desde 2011 y alcanza en la actualidad los 2.861. Un tercio de los de peatones tiene señales acústicas

Nacieron hace 100 años en Estados Unidos y a medida que el vehículo se hizo amo y señor de las ciudades, se han convertido en un elemento irrenunciable en casi cualquier urbe del mundo. En Burgos, el primer semáforo eléctrico se instaló hace 52 años y desde entonces se han ido multiplicando hasta sumar el pasado mes de junio una total de 2.861. Un despliegue que exige un mantenimiento y una reposición continua de estos dispositivos y que, sumada al coste de tener operativas todas las instalaciones para controlar el tráfico y la movilidad, obligan al Ayuntamiento a realizar un desembolso anual de más de 1,5 millones de euros.

No es el coste eléctrico el más abundante pese a que el funcionamiento de estos dispositivos es de 24 horas durante 365 días al año. A este apartado, el Consistorio dedica 57.000 euros cada ejercicio. Una cifra, según destacan desde la Concejalía de Tráfico, que «se ha reducido a un tercio» con la instalación en los últimos tiempos de lámparas de incandescencia que generan un consumo menor. Es decir, que esta inversión en tecnología LED ha provocado un ahorro de más de 100.000 euros al año.

Si bien el aumento de los semáforos ha sido progresivo en los últimos años (en 1998 había 2.187 y ahora son 2.861), la última gran adquisición de semáforos arranca entre 2011 y 2012 por la construcción del bulevar del ferrocarril. Una obra que ha sido la responsable, en buena medida, de que desde esas fechas, cuando había 2.449, se hayan incrementado en un 17% el número de estos elementos en la ciudad.

Pero hablar del coste que genera el control del tráfico en la ciudad no se reduce solo a los semáforos. Y es que, el Ayuntamiento cuenta con un Centro de Gestión de Tráfico y Movilidad en la avenida de Cantabria en donde, desde una sala de pantallas, se controlan las imágenes de las 74 cámaras que detectan la circulación. Un sistema de videovigilancia que sirve a los profesionales de este departamento actúen en tiempo real para mejorar la movilidad urbana. Es decir, permite modificar el tiempo de los discos verdes de cada ciclo semafórico. Otra de las ventajas es que «permite conocer inmediatamente cualquier avería de los reguladores, incluyendo las lámparas fundidas».

También desde esa central, los profesionales del Ayuntamiento controlan los 19 paneles informativos sobre el estado del tráfico que hay repartidos por la capital (donde se anticipa si es fluido, denso...) o los 7 carteles en los que se detalla el nivel de ocupación de los aparcamientos públicos de titularidad municipal y que explotan empresas privadas.

Junto a esto, existen 8 centrales que gestionan el flujo de información y que envían datos hasta el centro de gestión ubicado junto al Parque de Bomberos. El Ayuntamiento dispone también de 22 controles de acceso a zonas peatonales (los famosos bolardos), de 7 carteles de velocidad y de uno más, situado junto al Puente de San María, en el que se contabilizan las bicicletas que circulan por el carril bici.

CON SONIDO. Del total de semáforos que hay en la capital, 1998 son de discos de colores destinados a controlar el tráfico de vehículos y los otros 863 se encuentran en pasos de peatones. Hace tiempo ya que estos últimos empezaron a ir acompañados de un dispositivo acústico para invidentes, aunque estos son solo 293, un tercio del total.

La mayoría de los dispositivos tienen un horario variable dependiendo del momento del día, aunque hay 103 que tienen una regulación fija y otros 40 que funcionan por demanda de los vehículos o de los peatones. Es decir, al detectarse la presencia del turismo con un sensor o al solicitar un viandante el paso al otro lado de la calzada al pulsar un botón.

En los últimos años, además, se han instalado también 16 semáforos en el bulevar que otorgan prioridad de paso al transporte público. Y es esta, según se apunta desde la Concejalía de Tráfico que dirige el vicealcalde, Ángel Ibáñez, una de las actuaciones en las que quiere profundizar el Ayuntamiento a futuro.

Aunque la realidad actual obliga a la contención del gasto, en este área municipal prevén que las inversiones para mejorar el tráfico de la ciudad tienen que ir ligadas necesariamente a la revolución tecnológica. Así, exponen que el trabajo a futuro se enfocará en aspectos como «el control del tráfico en base a la detección del aforo de vehículos que confluyen en los cruces», en incorporar «parámetros medioambientales para reducir la contaminación», avanzar en una gestión más eficiente de la luminosidad de los semáforos e incluso acoplar los ritmos de la circulación a las «condiciones meteorológicas (si hay lluvia, nieve, niebla...)». En resumen, avanzar hacia el modelo de lo que se conocen como smart cities o ciudades inteligentes.