Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

Economía - Sostenibilidad

Fuente: UCACYL / Expansión 19 de Septiembre de 2014

El préstamo de la banca extranjera a familias y empresas españolas está en mínimos desde 2006.

Puede que a los bancos extranjeros les gusten mÃ¡s las entidades que hacen el mismo negocio que ellos o que busquen refugio en el sector pÃºblico, por eso de la garantÃa estatal. O puede que la economÃa espaÃ±ola necesite desendeudarse y diversificar sus fuentes de financiaciÃ³n, y que el sector privado estÃ© cumpliendo esa mÃ¡xima al pie de la letra. Pero tambiÃ©n es posible que la desconfianza hacia EspaÃ±a siga instalada en la mente de quienes mueven el dinero, reacios todavÃa a confiar en determinados segmentos en territorio nacional.

Porque los datos del Banco de Pagos Internacionales (el BIS, por sus siglas en inglÃ©s) dejan claro que hay una parcela de la economÃa espaÃ±ola de la que los bancos internacionales siguen huyendo: el sector privado no bancario, que incluye las familias y las empresas no financieras. El crÃ©dito forÃ¡neo concedido a este segmento asciende a 220.265 millones de euros, segÃºn los datos reciÃ©n publicados por el organismo y que se refieren al cierre del primer trimestre de este aÃ±o, y eso supone el punto mÃ¡s bajo desde la primera mitad de 2006.
Los bancos extranjeros han retirado dinero del sector privado no bancario nacional casi cada trimestre desde que estallÃ³ la crisis, hasta el punto de que su exposiciÃ³n es en estos momentos 184.000 millones de euros inferior a la que tenÃan a mediados de 2008.
De todas formas, que la banca extranjera huyera de EspaÃ±a durante la peor crisis financiera y de deuda en mucho tiempo no es una sorpresa para nadie. En marzo de 2008, todos los sectores de la economÃa espaÃ±ola debÃan casi 835.000 millones a entidades financieras forÃ¡neas y ahora la exposiciÃ³n exterior total estÃ¡ en menos de 430.000 millones, lo que significa que casi la mitad del crÃ©dito extranjero se ha quedado por el camino.
Lo llamativo es que la recuperaciÃ³n ha llegado a algunos segmentos de forma notable. El saldo vivo de prÃ©stamo forÃ¡neo al sector pÃºblico, por ejemplo, tocÃ³ fondo en el segundo trimestre de 2012, mientras que la financiaciÃ³n a los bancos marcÃ³ su mÃnimo seis meses despuÃ©s. A partir de ahÃ ha comenzado la subida, con una inyecciÃ³n externa de 40.000 millones a los bancos y de 17.000 millones al sector pÃºblico que ha llevado la exposiciÃ³n en ambas actividades a niveles que se habÃan perdido en 2011.
Con el tirÃ³n de estos dos segmentos, la exposiciÃ³n total de la banca extranjera a EspaÃ±a lleva cuatro trimestres consecutivos de crecimiento y ha recuperado ya 34.400 millones perdidos.
Lo ha hecho pese a que la partida de mayor volumen de la exposiciÃ³n extranjera no da seÃ±al alguna de vuelta a la vida, porque los prÃ©stamos al sector privado no financiero han sido siempre la parte mÃ¡s abultada de la cuenta nacional con el exterior. Y no se puede culpar a ningÃºn paÃs en concreto de la huida del dinero de sus bancos, porque son muchos los que siguen reduciendo posiciones.
AsÃ lo han hecho las entidades alemanas, al igual que las britÃ¡nicas, las estadounidenses y las italianas, cuya exposiciÃ³n al cierre del primer trimestre de 2014 era inferior a la que tenÃan en 2013, segÃºn atestigua el banco central de los bancos centrales.
Pero hay alguna seÃ±al para el optimismo, porque un paÃs entre los grandes prestamistas de EspaÃ±a ha cambiado el paso y ha comenzado a reavivar el crÃ©dito a las familias y empresas no financieras nacionales. Se trata de Francia, cuyos bancos llevan tres trimestres abriendo el grifo, en lo que supone un apoyo clave para estos segmentos puesto que el paÃs vecino se ha convertido en el principal prestamista para ellos. Es una de las consecuencias de la crisis, porque no era asÃ en 2011. Pero la escapada de los bancos alemanes (los primeros de la lista en ese momento) y de los britÃ¡nicos (los segundos) fue de tal calibre que permitiÃ³ a las entidades galas asumir el papel protagonista.
Eso sÃ, que los bancos extranjeros sigan reduciendo su apoyo no quiere decir que el sector privado nacional se haya quedado sin opciones, al menos, no en todos los casos. Por supuesto, hay compaÃ±Ãas que han visto totalmente interrumpida su financiaciÃ³n y mucho mÃ¡s en el caso de las familias, pero hay empresas que han comenzado a apelar a alternativas al margen del circuito bancario para reducir su dependencia. Los estrenos en el mercado de bonos han sido en parte la respuesta, al igual que el aterrizaje en EspaÃ±a de otros inversores dispuestos a prestar, como los fondos de deuda. En el terreno corporativo, los bancos han dejado de ser la Ãºnica opciÃ³n.