Con estos datos, Segovia se sitúa por encima de la recogida media mensual por habitante registrada en Castilla y León en 2007 (4,30%).
Más allá del claro beneficio medioambiental que supone el reciclado de medicamentos, la creciente actividad de SIGRE está también contribuyendo a modificar las conductas ciudadanas y a evitar la acumulación de restos de medicamentos en los botiquines caseros. Esta práctica contribuye así a frenar la automedicación incontrolada y disminuye los riesgos derivados del uso de medicamentos que se hallan en mal estado. El director general de SIGRE, Juan Carlos Mampaso, ha declarado su satisfacción por la creciente colaboración ciudadana, incidiendo en que “los componentes de algunos medicamentos tardan años en degradarse, persistiendo, por tanto, un potencial riesgo para los seres vivos y el medio ambiente si nos desprendemos de los restos de medicamentos a través de la basura o por el desagüe. De ahí la importancia de reciclar bien los medicamentos, depositándolos en el punto SIGRE de la farmacia”.
SIGRE comenzó su actividad en Castilla y León en junio de 2002 y, desde entonces, la participación ciudadana ha sido creciente. En concreto, en 2007, este aumento fue del 17,17%, situándose en el grupo de Comunidades Autónomas que encabeza el crecimiento en ese periodo.
Como consecuencia de ello, en los 1.568 Puntos SIGRE de las farmacias de Castilla y León, el pasado año se recogieron 4,30 kilos de media mensual por cada 1.000 habitantes. La utilización del punto SIGRE es cada vez mayor. Según el último estudio de opinión realizado, en los últimos doce meses, 6 de cada 10 encuestados han depositado medicamentos en el contenedor blanco de su farmacia.