Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

Economía - Sostenibilidad

Fuente: UCACYL-AV / Diario de Ávila 10 de Agosto de 2015

La red de oficinas bancarias de Castilla y León se queda reducida a cifras de hace 35 años.

La profunda reestructuraciÃ³n financiera sufrida en los Ãºltimos aÃ±os ha acabado con una de cada sucursales existentes en Castilla y LeÃ³n. Casi 900 oficinas bancarias (890) han echado el cierre desde diciembre de 2008 y lo que es peor todo apunta a que la tendencia detectada de reducciÃ³n de oficinas continÃºe en los prÃ³ximos aÃ±os, aunque Â«a un ritmo menorÂ» indica la AsociaciÃ³n EspaÃ±ola de Banca (AEB).

Las 2.290 sucursales operativas en la Comunidad a finales de marzo de este aÃ±o, segÃºn los datos oficiales del Banco de EspaÃ±a, se alejan cada vez mÃ¡s de las 3.180 que habÃa en diciembre de 2008 y para encontrar un nÃºmero similar hay que volver la vista 35 aÃ±os, concretamente hasta marzo de 1981, cuando habÃa 2.297 oficinas distribuidas en las nueve provincias de Castilla y LeÃ³n.
Actualmente, tan sÃ³lo cuatro provincias de la Comunidad (LeÃ³n, Valladolid, Burgos y Salamanca) acogen dos de cada tres sucursales bancarias (66,85 por ciento) en funcionamiento.
El subdirector del Banco de EspaÃ±a reconociÃ³ el pasado mes de mayo que el nÃºmero de oficinas del sector bancario ha descendido un 30 por ciento con respecto a los mÃ¡ximos de 2008, y se ha producido una disminuciÃ³n del 25 en el nÃºmero de empleados. Â«Ello constituye un esfuerzo notorio de ajuste de la capacidad que ha sido decisivo para la mejora de la eficiencia operativa del sectorÂ», dijo.
A pesar de esta situaciÃ³n, la AsociaciÃ³n EspaÃ±ola de Banca (AEB) considera que los bancos espaÃ±oles disponen de Â«redes de oficinas muy extensas y capilares que garantizan el acceso a los servicios financieros a todos los clientesÂ». EspaÃ±a es el paÃs europeo con mÃ¡s sucursales por habitante y, segÃºn explica un portavoz de la AEB, en el aÃ±o 2010 contaba con una oficina por cada 1.069 habitantes mientras que Francia tenÃa una por cada 2.272 personas.
Los representantes sindicales lamentan este retroceso en la atenciÃ³n presencial de las entidades financieras a sus clientes y lo achacan en gran medida a la desapariciÃ³n de las cajas de ahorros, que contaban con una gran fuerza social y gran presencia en el territorio.
Â«La banca privada se encuentra en un proceso permanente de reestructuraciÃ³n y es muy Ã¡gil en la apertura y cierre de sucursales en funciÃ³n de los intereses de rentabilidad y margen de intermediaciÃ³nÂ», asegura Juan Antonio Bilbao, responsable autonÃ³mico de la FederaciÃ³n de Servicios de UGT, quien aclara que Â«no les importa que haya comarcas enteras sin cajeros automÃ¡ticos o sucursalesÂ».
TambiÃ©n JesÃºs Olivar, secretario regional de la FederaciÃ³n de Servicios de Comisiones Obreras, insiste en que cuando cae la rentabilidad de una oficina se cierra sin tener en cuenta otros condicionantes. Â«Todo apunta a que el sector financiero continuarÃ¡ con la concentraciÃ³n de oficinas que dispongan de servicios especializados y con una atenciÃ³n mucho mÃ¡s personalizadaÂ», afirma.
Coincidencia. Tanto los representantes sindicales como la AEB coinciden en que el proceso de reorganizaciÃ³n de las redes de oficinas no ha concluido y aÃºn continuarÃ¡ teniendo una especial incidencia en Castilla y LeÃ³n por su Â«peculiarÂ» situaciÃ³n. A pesar de que Â«la Comunidad es diferente por su dispersiÃ³n territorial y su envejecimiento, ya que ni siquiera se asemeja a Castilla La Mancha o AndalucÃaÂ», Olivar (CCOO) estÃ¡ seguro de que la reestructuraciÃ³n seguirÃ¡ poco a poco hasta alcanzar un modelo europeo con oficinas mÃ¡s grandes, mÃ¡s personal y servicios mÃ¡s especializados.
La AEB explica que Â«no es difÃcil pronosticar la posibilidad de fusiones en el nuevo mercado europeoÂ», lo que podrÃa provocar nuevos movimientos en la estructura de oficinas y empleados.
Esta situaciÃ³n se ve empujada por el impulso de la banca electrÃ³nica durante los Ãºltimos aÃ±os. Mientras se han ido cerrando sucursales, las entidades han potenciado el acceso a travÃ©s de internet para la informaciÃ³n de sus cuentas y una gama muy amplia de operaciones, que se complementa con los cajeros automÃ¡ticos y las tarjetas de dÃ©bito y crÃ©dito, que Â«hacen cada vez menos necesario que el cliente tenga que desplazarse hasta una oficina bancariaÂ».
Esta tendencia parece no tener soluciÃ³n, ya que incluso manifiestan que Â«esto no ha acabado ni de lejos, ya que a la reestructuraciÃ³n de los Ãºltimos aÃ±os producida como consecuencia de la desapariciÃ³n de las cajas de ahorros se aÃ±adirÃ¡ un repliegue de los grandes bancos espaÃ±olesÂ».
La situaciÃ³n tambiÃ©n afectarÃ¡ al empleo, donde Bilbao (UGT)teme que continuarÃ¡ reajustÃ¡ndose y perdiendo puestos de trabajo a travÃ©s de prejubilaciones y otros instrumentos de regulaciÃ³n. Â«Los trabajadores suelen estar muy comprometidos en la banca privada, pero hay mucha movilidad funcional y normalmente el escaso personal de una oficina tiene muchas tareas que realizar y poco tiempo para elloÂ».
Al parecer, el goteo incesante de cierres continuarÃ¡ irremediablemente. Durante el primer trimestre de este aÃ±o fueron 28 las sucursales de Castilla y LeÃ³n desaparecidas, lo que suma ya mÃ¡s de seis aÃ±os de sangrÃa incesante. Las entidades han puesto rumbo a un modelo de acceso cÃ³modo y rÃ¡pido a los servicios bancarios sin la presencia fÃsica del cliente.