Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

Social - Familia - Género

Fuente: UCACYL-BU / Diario de Burgos 24 de Noviembre de 2015

El 90 por ciento de los jóvenes ejerce violencia sobre su pareja.

Tener el teléfono móvil de la pareja bajo control absoluto, conocer cada movimiento que hace en las redes sociales y vigilar con qué personas se relaciona. Estos son los principales indicios presentes en los adolescentes que viven sometidos a algún tipo de maltrato por parte de sus compañeros sentimentales. Una tendencia al alza que, tal y como apuntan los expertos, afecta ya a nueve de cada 10 menores en España.

Así se desprende de un trabajo de investigación realizado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) hecho público ayer, que refleja cómo el 90 por ciento de los chavales manifiesta haber ejercido algún tipo de violencia psicológica sobre su pareja y alerta del incremento de esta lacra en este grupo de edad en los últimos años, así como de una presencia «mayor de la esperada» de este tipo de agresiones en las relaciones interpersonales de noviazgo.

Esta situación puede tener «graves consecuencias de tipo físico y emocional». Esta es una de las conclusiones del informe La importancia de la prevención en la violencia de pareja realizado por la doctora María Jesús Hernández, profesora de Psicología y Coordinadora del Máster de Terapias de Tercera Generación en la VIU, con el objetivo de ofrecer desde un «punto de vista científico» una «amplia visión» sobre los factores que envuelven el fenómeno violento en las edades tempranas.

«No es común pensar que los adolescentes sufren maltrato por parte de sus parejas, ya que este se asocia a personas adultas con más tiempo de relación y cargas familiares», señala el estudio, que recoge que, aproximadamente un entre el 92 y el 95 por ciento de los jóvenes, manifiesta haber ejercido «alguna variante de violencia psicológica sobre sus parejas», mientras que más de un siete por ciento asegura haberlas llegado a agredir físicamente.

El trabajo recoge, además, que, solo en 2013, se registraron unos 500 casos de mujeres menores de 18 años que fueron víctimas de malos tratos, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cifra que responde a las personas con orden de protección o medidas cautelares.

Ese año, más de 850 mujeres de entre 18 y 19 años denunciaron una situación de violencia de género, junto a otras 3.186 con edades comprendidas entre los 20-24. Sin embargo, sigue siendo el rango de los 30-39 en el que se registra una mayor incidencia de esta lacra, con unas 10.000 víctimas contabilizadas.

Es por ello que Hernández sostiene que la violencia en la adolescencia o en la juventud es «tan grave o más que la que se presenta en la vida adulta y, con frecuencia, es en el noviazgo cuando van forjándose sus primeros síntomas».

Asimismo, la doctora recuerda que este problema entre los jóvenes no ha recibido la misma atención que el registrado en parejas casadas o con convivencia estable, por lo que reclama un marco de actuación que controle este tipo de agresiones «desde todos los ámbitos».

El estudio ahonda en la necesidad de implantar programas de prevención en todas las etapas de la adolescencia «que implique a familias y colegios, con el objetivo de promover la promoción de valores en defensa de los derechos humanos como la igualdad y el respeto, medidas que funcionarían como factores protectores de la violencia de pareja».

EN LA ESCUELA. Mientras, el ministro de Sanidad, Igualdad y Servicios Sociales, José Antonio Alonso, se mostró convencido de que los ciudadanos «tienen tolerancia cero» frente al maltrato, aunque admitió que, entre los chavales, aún existen determinadas actitudes toleradas

De esta forma, recordó el lema Hay salida, de cara al Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres que se celebra mañana, e incidió en la importancia de que las víctimas conozcan que existen «recursos a su disposición».

Asimismo, hizo hincapié en que las afectadas por violencia machista «tienen que pensar en que un 77 por ciento consigue salir de esa situación» y, respecto a los jóvenes, aseveró que la clave reside en trabajar con ellos «en las escuelas e institutos, para inculcarles la trascendencia de vivir en una sociedad más libre».