Sumario Semana del 22 al 28 de Abril de 2024. Edición 17.

CC. Salud - Alimentaria

Fuente: UCACYL-BU / Diario de Burgos 18 de Mayo de 2015

El dolor que no deja vivir.

Entre el 2 y 3 por ciento de la población española se ve afectada por la fibromialgia, que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), este mal se parece al originado en las articulaciones, pero no es una enfermedad articular, y consiste en una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son.

La patología, de la que se ha celebrado esta semana su día mundial y que no tiene curación definitiva, se reconoce como un síndrome, lo que significa que el reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinada unas alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por expertos para su diagnóstico.

¿Qué es?

Se trata de una afección crónica de etiología desconocida, caracterizada por la presencia de dolor crónico musculoesquelético generalizado, con bajo umbral de dolor, hiperalgesia y alodinia (producido por estímulos habitualmente no dolorosos).

¿Cuáles son sus causas?

No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que existen muchos factores implicados. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin motivo aparente y en otras, comienza después de procesos identificables, como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil, la separación matrimonial o el divorcio o problemas con los hijos, entre otros. La SER destaca que, en otros casos, aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso...). Estos agentes desencadenantes no parecen causar este mal, sino que lo que probablemente hacen es despertarlo en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.

¿Qué síntomas tiene?

En estos pacientes, la presencia del dolor crónico suele coexistir con otros síntomas, fundamentalmente fatiga y problemas de sueño, pero también pueden estar presentes parestesias, rigidez articular, cefaleas, sensación de tumefacción en manos, ansiedad y depresión, problemas de concentración y memoria. El curso de la enfermedad es crónico, con fluctuaciones en la intensidad de los síntomas a lo largo del tiempo.

¿Cómo se diagnostica?

La fibromialgia se confunde con otras patologías, ya que casi todos sus indicios son comunes a otras alteraciones y, además, no tiene una causa conocida. Es corriente que antes de que se llegue al diagnóstico definitivo, se haya acudido a diferentes médicos de diversas especialidades.

La exploración física detallada y exhaustiva es esencial, tanto para confirmar la fibromialgia como para descartar otras enfermedades, en especial del sistema osteoarticular y neurológico. El médico observa la historia de dolor generalizado durante, al menos, tres meses y que está presente en todas las áreas siguientes: lado derecho e izquierdo del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura y en el esqueleto axial (columna cervical, pared torácica anterior, columna dorsal o columna lumbar).

Otra alteración que se encuentra en la exploración de una persona con fibromialgia es la mayor facilidad para el enrojecimiento de la piel al presionar con la mano en cualquier lugar del cuerpo. Se está investigando de forma exhaustiva en todo el mundo para encontrar pruebas objetivas que ayuden a su diagnóstico, sin embargo, por el momento, no hay ninguna de aplicación clínica.

¿Cuál es su tratamiento?

Es sintomático, ya que no se conoce la etiología. Los tratamientos van encaminados básicamente a disminuir el dolor y la fatiga, a mejorar el sueño y los niveles de actividad, la adaptación y calidad de vida de las y los pacientes, así como a mantener la funcionalidad e incrementar la capacidad de afrontar la enfermedad y mejorar el bienestar psicológico.

Los pasos a seguir son: la explicación de la naturaleza de la patología, la educación para evitar los factores agravantes, el cambio de comportamiento, el ejercicio físico, el tratamiento con medidas locales como infiltraciones y masajes y el uso de medicamentos que aumenten la tolerancia al dolor.

Hasta la fecha, no hay ningún fármaco aprobado con indicación específica para fibromialgia.

¿Qué factores la agravan?

Hay que evitar levantar o sostener pesos para los que la musculatura de la persona en cuestión no está preparada; la obesidad es un factor de sobrecarga músculo-tendinosa. Por este motivo, se recomienda la pérdida de peso.

La ansiedad y la depresión no son la causa de la fibromialgia, pero, cuando se asocian a la misma, hacen que su tratamiento sea mucho más difícil.